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jueves, 6 de octubre de 2011

***COCINA PREHISPANICA***

La cocina prehispánica mexicana, un lujo para paladares aventureros, corre el peligro de perder algunos de sus más deliciosos ingredientes: los insectos, y ello debido a la desecación de los lagos naturales del Valle de México.


La costumbre de comer insectos, o "entomofagia", es todo un arte en México, un país cuyas civilizaciones prehispánicas fueron maestras en sobrevivir en las condiciones más duras.

Lomelí Escalante recuerda en su libro que antaño era común que la plétora de pueblos a quienes se llamó "aztecas" "comieran pájaros, culebras, venados y una amplia variedad de frutas y verduras" en las llamadas "chinampas", los lagos naturales en los que se asentaron.

El experto considera que no hay en el mundo un mercado que posea tanta variedad de alimentos preparados como los famosos "tianguis" mexicanos, omnipresentes incluso en las grandes ciudades y cargados de ingredientes frescos en los pueblos y zonas serranas.


Recuerda que los insectos son "saludables y muy nutritivos" a pesar de que "la fobia hacia su consumo es la actitud más frecuente" en las sociedades actuales.

Las propiedades gastronómicas de los insectos no los hacen nada despreciables pues tienen vitamina B, calcio, hierro y azufre, así como un importante componente proteínico que ronda el 70 ó 75 por ciento.

En México hay censadas 237 especies comestibles de insectos, entre las cuales hay algunas endémicas, como el gusano de maguey. En términos prácticos llevar insectos a la mesa se ha convertido en algo cada vez más difícil.

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